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La mochila arquitecta

  • Foto del escritor: Ignacio Sottini
    Ignacio Sottini
  • 1 jul 2017
  • 7 Min. de lectura

Muchas veces cuando me encuentro con gente, cuando estoy en una reunión o en un simple encuentro donde esté con mi mochila cargada (la mayoría de las veces) muchos se asombran de la cantidad de cosas que cargo en ella, las cuales sirven mucho cuando alguien convenientemente necesita un poco de cinta, un lápiz o fibra o hasta una menta.


Para celebrar este día del arquitecto, en el break de hoy comparto con ustedes un artículo el cual espero les resulte entretenido (para mis colegas) e informativo (para quienes un arquitecto pululando cerca en sus vidas).


Antes de empezar el artículo enumerando la cantidad impresionante de cosas que puedo llegar a meter en el bolso, es apropiado hacerle honor a quien me acompaña todos los días en las largas jornadas de trabajo y que guarda todo lo que considero de valor (No me gusta cargar nada en mis bolsillos por lo que dejo todo protegido en mi confiable amiga). Se trata de una cómoda mochila gris Herschel con apenas un compartimiento para notebook y un bolsillo interior del cual estoy seguro que su propósito no era funcionar como una cartuchera incorporada.


Muchos podrían preguntarse (y me lo hicieron personalmente) porque elijo una mochila en vez de un bolso cruzado o un maletín, lo que seguramente daría a mi imagen un aire más profesional para realmente parecer un arquitecto serio y respetado. En primera instancia, al solo tener 24 años, creo que el aire profesional de un arquitecto serio y respetado podría esperar un poco y dejarme con la oportunidad de intentar ser un profesional jovial y con buena postura de espalda, lo que me lleva a la segunda razón por la cual uso mochila y no bolso cruzado: postura. Durante muchos años usé bolsos y maletines cruzados y era molesto en el hecho de tener que cambiar constantemente de hombro para lograr una distribución de peso equilibrada. Si usar bolso cruzado significa ser profesional entonces prefiero continuar pareciendo estudiante y tener buena postura en mi espalda y no tener dolores en los hombros por usar bolsos que distribuyen de mala manera el peso.


Una vez abierta mi mochila, si uno comienza a hurgar en ella va a encontrar todo este contenido en su interior.



1. Bitácora 21x21cm BBN: Simple, resistente, de hojas lisas y gruesas y hasta con un bolsillo para banderines señaladores, esta bitácora es literalmente la mejor compañía que puedo pedir. Ya sea para escribir notas relacionadas al blog, para las clases en las que soy adscripto, realizar correciones, sketchbook e incontables cosas que estén remotamente relacionadas a la arquitectura (para mis libros tengo una especial)


2: Portaminas KOH-I-NOOR regulable, PILOT 0.5 y una lapicera de tinta uni-ball negra: Todos regalos preciados por amigos o familiares, son reutilizables (excepto las lapiceras de tinta pero de eso se encargaron de regalarme un set de 4) y son probablemente lo que más rápido saco de mi mochila cuando tengo que escribir o dibujar algo. Precisos y regulables, son elementos que jamás me pueden faltar.


3. Agenda Macanudo: Cada principio de año llega una nueva y cada final de año se guarda una hinchada y llena de papeles pegados, rayones y escritos rápidos. Puede sonar un poco anticuado, pero mientras más avanza la tecnología más prefiero a mi agenda física.


4. Cinta de papel: Te sorprendería lo mucho que utilizo esta herramienta y lo útil que es cuando estás cercano al ámbito facultativo. Hasta inclusive te salva de pequeños problemas cuando se te rompe algo o simplemente no tienes banditas elásticas cerca.


5. Manteca eos: Ser un poco ansioso tiene sus contras, como estar constantemente mordiéndote el labio y dejartelo constantemente reseco. Para esos casos, tengo siempre a mano alguna manteca eos que además de ser económicas son increíblemente duraderas (y difíciles de conseguir, me compré varias en un viaje al exterior para tener de reserva).


6. Escalímetro: Pocas veces lo utilizo, cuando tengo que ver un plano impreso, tal vez alguna maqueta en corrección o simplemente como señalador o regla, estoy realmente impresionado que lleve siete años conmigo y jamás se haya perdido.


7. Regla metálica 30cm: No se bien cómo llegó esta indispensable amiga a mi vida pero si de algo estoy seguro es que no la voy a dejar ir. De todas las reglas que tuve, ninguna fue más efectiva que esta fría compañera metálica que no se raya ni con el filo de trincheta más filoso del mundo.



9. Alcohol en gel y crema de manos: Por cuestiones de profesión, mis manos se ensucian con mucha facilidad y antes de agarrar una nueva hoja para escribir o dibujar, o mi notebook, siempre me pongo un poco de alcohol para limpiarlas un poco, sobretodo momentos antes a los almuerzos que tengo fuera de casa. ¿Y la crema de manos? Para el post-alcohol, sobretodo en invierno.


10. Cargador y adaptador MSI: Un mal necesario, es un poco tedioso tener que estar cargando esto en mi mochila de forma constante pero si no fuese por esto seguramente me quedaría sin energía en mi herramienta más fundamental de trabajo en menos de lo esperado. Por suerte, reutilicé un poncho de café que me regalaron para enrollar sus cables y mantenerlos en cierta forma acomodados y sin enredarse con otras cosas.


11. Post-It de colores: Solamente hace falta abrir cualquier cuaderno o libreta que posea para poder ver la increíble utilidad que le doy a estas simpáticas notas adhesivas. Encontré la edición Cape Town diferente al resto y bastante alegre.


12. Celular: Para grabar o sacar incontables cantidades de fotos (y selfies) este Acer de 5.5" cumple una extraordinaria función por su excelente cámara, su rapidez, la cantidad considerable de aplicaciones de organización y escritura que le instalé y, sobretodo, su batería que parece ser eterna.


13. Organizador elástico MORPH: Un reciente descubrimiento que deseé haber encontrado antes. Permitiéndome diferentes combinaciones y guardando diferentes gadgets, esta simple tabla llena de diferentes elásticos es esencial si tienes una mochila y muchos artículos pequeños que simplemente no quieres que queden sueltos y perdidos eternamente.


14. Cinta métrica 3m: Hay muy pocas veces que la use, la mayoría de las veces se mantiene dentro de la mochila. Pero si hay algo que rescatar de ella además de su conveniente tamaño es que las veces que tuve que usarla la gente quedó impresionada de que tuviese una cinta métrica a mano, así que además de medir hizo hacerme ver bien. Inclusive el primer cliente que en mi corta carrera profesional conseguí lo hice porque dijo que yo estaba bien preparado y precavido al traer una cinta métrica en mi mochila. Que nunca les falte una cinta métrica en su vida.


15. Mouse inalámbrico Microsoft: Lo compré en una subasta en un viaje en Canadá hace menos de un año, de otra forma no habría podido pagarlo. No es gamer, no es el más ergonómico, pero es increíblemente preciso en su puntero, demasiado resistente e increíblemente duradero.


16. Calentador de manos MORPH: Tener la mano en una misma posición envolviendo el mouse y solamente haciendo trabajar al dedo índice muchas veces puede llevar a que sufras de frío solo en esa mano. Y es para eso que tengo, sobretodo en invierno, este pequeño calentador de manos, que a pesar de durar 5 minutos solamente, es suficiente para volver a darle temperatura a esa mano tan fría.


17. Disco rígido portable TOSHIBA: Había una época en la que cargaba una incontable cantidad de pendrives de diferentes capacidades y diferentes tamaños, hasta que llegó este pequeño. Si bien siempre tengo a mano un pendrive para llevar archivos a imprimir, la mayoría de las veces que tengo que intercambiar un archivo con un colega o en otro ordenador prefiero utilizar este confiable disco con capacidad suficiente para tener todos mis archivos.


18. Padfolio tamaño oficio: Regalo de mi padre, tiene espacio suficiente para tener el cuaderno de clientes, varios folios con calendarios, unas cuantas tarjetas de presentación y el pendrive que uso para impresiones que nombré anteriormente. Creíble o no, este padfolio es increíblemente útil para no estar cargando pesadas carpetas de folios cuando tengo archivos impresos.


19. Cuaderno de clientes: Simple, de hojas rayadas y ligero, este cuaderno de MORPH me permite anotar todo lo referido a posibles clientes o encargos y la forma en que ellos van modificando. Aprendí que, separando los clientes de mi agenda y de mis anotaciones personales resultó ser una manera mucho más efectiva de mantenerme organizado. Y si bien significa un poco más de peso, este simple cuaderno lo guardo dentro del padfolio y ni siquiera aporta peso significativo.


20. Billetera Herschel: Esta extraña billetera vino incluida cuando adquirí la mochila y resultó ser increíblemente útil. Como dije que no me gusta tener cosas en los bolsillos de mi pantalón, esta billetera resulta ser del tamaño justo para guardar cambio, algunas tarjetas, mi tarjeta de colectivo y la plata necesaria (la economía se está encargando de hacer que esa plata sea casi la justa y casi la necesaria)


21. Anteojos: Con +8 horas diarias frente a una computadora, ¿Qué esperabas?


22. Marcadores Faber-Castell: Uso pocos colores en mi vida diaria (mi guardarropas es prácticamente monocromático) por ende prefiero que esos colores sean escasos pero significativos, y que mejor que un gris claro, un naranja atardecer y un amarillo canario para marcar con énfasis una sutil colorimetría.


23. Auriculares: Otro ítem de esta lista que no se cómo llegó a mi poder pero que preferiría dar varias cosas antes que entregar estos auriculares. Están un poco viejos, pero me rehúso a cambiarlos. Siendo increíblemente potentes y ergonómicos, estos auriculares creo que pertenecían a un reproductor mp3 pero de alguna forma terminaron en mis manos (así como los míos terminaron en manos ajenas, seguramente de alguna de mis hermanas o tal vez mi madre). No voy a ningún lado sin auriculares, porque no voy a ningún lado sin mi música. Incluso hay veces que mido distancias con canciones y recibo burlas en base a eso.


24. MSI GE62 Apache PRO 15.6": Sin lugar a dudas la posesión más valiosa que tengo conmigo, esta es la pieza fundamental de mi escritorio ambulante ya que en esta notebook se resumen tanto mi escritorio como mi trabajo. Llevó mucho más tiempo de lo esperado poder conseguirla pero valió la pena el esfuerzo. Rápida, relativamente liviana y estéticamente impecable, es la mejor elección de notebook si decides dedicarte a realizar pesadas producciones gráficas de manera remota y logrando resultados impactantes.


Con estos ítems enlistados, puedes ver claramente porque muchas veces resulto tener elementos extraños al alcance de mi mano o porqué paso mucho tiempo fuera de mi casa trabajando desde cualquier cafetería o en la casa de cualquier colega (o incluso en la facultad luego de terminar las clases). Mi espalda no siente ese peso ya que la mochila logra distribuir todo de manera uniforme y hasta me ayuda en cierta forma a mantener la postura recta luego de pasar largas jornadas sentado ligeramente encorvado.


¿Y en tu mochila que traes? ¿Que es indispensable en tu día a día?


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